Tú y yo

Ya empezamos con el síndrome post-vacacional, es lo que tiene pasar un puente tan bueno. Ya he vuelto a casa después de 4 días en el centro de Madrid, donde se concentraban todos los renos, las pelucas moradas, las manifestaciones y los músicos que sólo saben tocar La Primavera de Vivaldi (en serio, que he podido comprobar que no tienen más repertorio, después de tenerlos durante horas debajo de la ventana).

En cuatro días he visto cómo se monta un Belén en el aeropuerto de Madrid mientras un par de maletas recorren 94 kms de cinta en dirección equivocada. He aprendido a esquivar a miles de personas a contracorriente. He viajado por el mundo de la gastronomía, ya que comimos en un mexicano, un hawaiano, cubano, americano (si contamos el Burguer), thai, japonés y turco.

He llorado a moco tendido y me han hecho reir a carcajadas 10 segundos después. He bailado, saltado, aplaudido y gritado en un teatro, al emocionarme con el musical de Hoy no me puedo levantar.

He visto el Escape vacío.

He reído como una niña pequeña que no tiene preocupaciones. He llorado como alguien que pone los pies en el suelo.

Me he sentido la persona más afortunada del mundo, que tiene todo lo que se puede desear. He vuelto a caer al mundo real un lunes a las 8:30am.

He disfrutado de cada momento, cada segundo, cada centímetro, y he recargado las pilas.

Gracias.

Pd. Para acabar el día aún mejor, por fin decidí salir del armarito en el curro con una de mis compañeras. Me ha dicho que se lo olía ¬¬ Que mucho viajecito, que muchas ganas de que llegue el puente, que si el musical, etc etc. Vamos, que no sé fingir. ;)