Las croquetas en mi vida

Hoy:
Planeaba hacer las primeras croquetas de mi vida, en cambio hemos ido a Caesar's a desayunar comer pizza (Somarello... hmmm) y luego a descansar con un café en Intro. Fin de semana tranquilo, nada de celebraciones, aunque no se cómo (nadie sabía nada... ejem ejem Eithor...) todos empezaron a cantar a la luz de una velita que sobresalia de un brownie. Nada de borracheras, pero sí charlas, risas, y muuuucha comida.

Hace un año:
Paseaba por las calles de San Petersburgo bajo la nevada, charlando, andando sin rumbo, admirando la ciudad. Disfrutaba del Hermitage y su pasado. Cenábamos en la cena rusa a la vez que aprendíamos (unos con menor gracia que otros) bailes típicos, y sobre todo, aprendíamos a beber vodka (lo cual ha sido muy útil de ahí en adelante).

Hace dos años:
Pasaba el día entero en la universidad, peleándome con una práctica... mi familia llamándome cada media hora para que fuese a "inaugurar" la tarta, pero la tuvieron que empezar sin mí. Por cierto, esa mierda de práctica no la terminé en la vida. Quizá el miedo a enfrentarme a ella de nuevo sea una de las razones por las que haya vuelto aquí...

Hace tres años:
Después de mi jornada laboral en el centro financiero de Madrid, dejé la vida de yuppies por una comida íntima con mis amigas en la cafetería del Chami. Recuerdo la sensación de estar tan bien rodeada, de mirar a todas y darme cuenta lo que son para mí.

...

Hace veinticinco años:
Mi madre estaba haciendo de cena croquetas para (casi) toda la familia, y yo, que soy muy caprichosa, decidí incordiarla en ese momento porque quería salir y probar aquella comida que olía tan bien. Nací de madrugada, supongo que por eso me gusta quedarme despierta hasta tarde.
Desde ese día, todos los 26 de noviembre, mi madre hace croquetas, y me lo recuerda:
-"Ellen, hace X años estábamos cenando lo mismo que hoy"